Curiosidades Publicado el 10.07.2019

Combinaciones de helados que siempre triunfan

Seguro que ya te has zampado más de un helado. No mientas. Todos lo hemos hecho después de estas temperaturas abrasasoras. Los más populares siempre son los más sencillos y conocidos: chocolate, vainilla, fresa, dulce de leche...

Pero este artículo no es un ranking de los mejores sabores de helado. Va de otra cosa: combinaciones de helados. Porque todos sabemos que una bola de helado sabe a poco. Siempre es mejor escoger al menos dos, y de sabores diferentes, para crear contrastes en boca.

Cuál es el primer paso para lograr una combinación de helados triunfadora? Conocer las categorías de sabores y entender la función de cada una de ellas.

Al final, la combinación de helados y sabores funciona de manera muy similar a la elaboración de perfumes. Por un lado están las notas de cabeza o salida, que se evaporan en apenas unos minutos. Después están las notas de corazón, que le dan la personalidad al perfume y, por último, las notas de base que hacen sostener lo demás.

Lo primero de todo es elegir un sabor que no inunde todo el paladar, sino que sirva de colchón. Y luego ir profundizando con un segundo sabor más particular.

Por lo general, los sabores de helado que puedes elegir como base son los menos complejos. La nata, la vainilla, el chocolate, el yogur o incluso el cheesecake pueden servir perfectamente para construir una buena combinación. Excepto el chocolate, que es sin duda el que tiene un sabor más intenso, los demás son sabores suaves. Sin embargo, el chocolate sigue siendo versátil y fácilmente combinable con cualquier otro sabor.

Por otro lado, hay sabores intermedios en cuanto a complejidad e intensidad. Ejemplo de ello son el dulce de leche, el caramelo, la crema catalana, las galletas, almendra, nueces, avellanas o cualquier otro fruto seco. Como ves, este tipo de sabores también podrían funcionar como neutro aunque sí es cierto que todos tienen un sabor un poco más tostado, que le da más personalidad que un simple helado de vainilla.

Además, son sabores que recuerdan bastante a la repostería. Si no quieres sentirte muy empachado o incluso llegar a empalagarte, te recomendamos combinarlos con otros sabores más neutros, como la vainilla y la nata, o todo lo contrario: buscar sabores frutales que refresquen un poco el paladar. Imagínate un helado de galletas y fresas, o de caramelo y plátano. Una combinación más equilibrada.

Por último, hay sabores más peculiares, como la menta, el café, Coca-cola, turrón, leche merengada, pistacho, ron con pasas, baileys y otros licores, o frutas como la naranja, el limón, las cerezas, la maracuyá... Son sabores más difíciles de combinar entre sí y por ello es necesario echar mano de los sabores neutros e intermedios. En este apartado también encontramos otros más sutiles, como el coco o la pera.

Dentro de estos sabores, hay combinaciones entre sí que ya por defecto siempre funcionan: piña y coco, plátano y fresa, mango y maracuyá, turrón y leche merengada...

Combinándolos con sabores neutros, encontramos combinaciones asi: chocolate y menta, dulce de leche y café, yogur y mango, vainilla y limón, etcétera.

Esto solo son indicaciones básicas para lograr combinaciones de helados más o menos coherentes y equilibradas. Pero al final el límite lo pone tu paladar.

Vas a adentrarte en el maravilloso mundo de las combinaciones de helados o eres el típico que se pide dos bolas de chocolate y se queda tan ancho? Lo importante es disfrutar del verano con un helado en la mano. Thug life.